En 7,1 billones de pesos se estima la inversión requerida para mejorar las condiciones del servicio de energía, en los próximos diez años, en la Región Caribe.
El 55 por ciento de los recursos sería destinado para inversión en redes, 22 por ciento para la medición inteligente, 18 por ciento para gestión de pérdidas y el 5 por ciento para otras inversiones.
Según el agente interventor, Javier Lastra Fuscaldo, el objetivo del plan es reducir el tiempo total promedio de interrupción por usuario.
Básicamente la meta es bajar 86 (año 2016) a 27 horas (año 2027) el tiempo de interrupciones en el sistema de distribución de las áreas urbana, para una disminución del 69 por ciento.
Esto significaría bajar de 3 días más 14 horas el promedio de interrupción por usuario, a 1 día más 3 horas.
En cuanto a las áreas semi-urbanas, el propósito es reducir las horas de interrupción de 153 (año 2016) a 49 (año 2027), para una disminución del 68 por ciento.
En otros términos, esto significaría bajar el tiempo promedio por usuario de 6 días más 9 horas a 2 días más 1 hora.
De esta manera, las áreas urbanas llegarían a un 30 por ciento por debajo del promedio nacional.


