Barranquilla es una fiesta. Pese a que en la víspera celebró la Noche de Velitas hasta el amanecer, en conmemoración a la Fiesta de la Inmaculada Concepción, los junioristas madrugaron, pero para colmar las graderías del ‘Metro’ e impulsar al equipo en la conquista de un título que hasta ahora le ha sido esquivo.
Atrás han quedado las frustraciones pasadas. Incluso la de aquella final del apertura 2016, en la que el equipo de la capital de la montaña alcanzó su sexta estrella, precisamente ante su rival de turno.
También quedó atrás la final de la Copa Águila 2017, en la que el equipo barranquillero se alzó campeón ante el DIM. Fue una gran alegría para la hinchada y para un onceno que sin lugar a dudas mereció más y debió conformarse con esa sola celebración.
Ahora es otra historia de 180 minutos. Aunque en la memoria de los colombianos aún esté la definición del campeonato en 1993, cuando en Medellín, el DIM celebró de manera anticipada el anhelado título y un gol de Osvaldo Mackenzie le arrebató, 5 minutos después, para Junior y ante América de Cali, la alegría de la tercera estrella, esquiva desde 1981.