Al menos 47 personas murieron y 150 resultaron heridas, la mayoría policías, en un ataque suicida el lunes en una mezquita en la ciudad de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, informaron autoridades.
El ataque provocó condenas en todo el país de partidos de oposición y funcionarios del gobierno. Se prevé que la cifra de muertos seguirá subiendo, indicó Ghulam Ali, gobernador de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, que tiene a Peshawar como capital.
El funcionario policial Siddique Khan indicó que el saldo de muertes había subido a por lo menos 47, con más de 150 personas heridas. Añadió que el atacante se hizo explotar en medio de los fieles.
Un hospital cercano dijo que muchos de los heridos están en condición crítica, por lo cual el saldo de muertes podría seguir aumentando.
La mayoría de las víctimas eran agentes o trabajadores de la policía, ya que el templo atacado se encontraba dentro de un amplio complejo que servía de sede de la policía local. En el momento del ataque había entre 300 y 350 personas en la mezquita, según las autoridades.
Sarbakaf Mohmand, un comandante del Talibán paquistaní, reclamó la autoría del ataque en Twitter. El principal vocero de la organización no estaba disponible para hacer comentarios en un primer momento.
El complejo policial se encuentra en una zona de alta seguridad en la ciudad, al igual que varios edificios del gobierno, y no estaba claro cómo había conseguido el atacante adentrarse tanto en el recinto.
La explosión derrumbó el tejado del edificio, que hirió a muchas personas, indicó Zafar Khan, agente de la policía local.
Un sobreviviente, el agente de policía Meena Gul, de 38 años, dijo que estaba dentro de la mezquita cuando estalló la bomba, y que no sabía cómo había salido ileso. Tras la detonación oyó gritos y llantos, dijo.
Cortesía: AP