Lionel Messi emergió detrás de una cortina, dio unos cuantos pasos a lo largo de una tarima mojada que se levantó sobre el césped del estadio de Inter Miami y se fundió en un abrazo con David Beckham.
La espera de Inter Miami se acabó. Messi, después de tantas vueltas, jugará en el fútbol de Estados Unidos.
Tras un prolongado e insistente cortejo, Inter Miami presentó la noche del domingo al astro argentino, como su jugador franquicia con el emblemático dorsal 10 — una camiseta de color rosado que millones adquirirán en las próximas semanas y meses.
“No tengo dudas, de que la vamos a pasar muy bien”, proclamó el delantero de 36 años ante la extasiada afición.
El domingo fue el primer día. Casi cada butaca estaba ocupado pese a la tormenta eléctrica que demoró el evento. Pero nadie pareció inmutarse por la lluvia que cayó sin cesar. “Quiero darle las gracias a toda la gente de Miami por este cariño que me demuestran desde que llegué», dijo Messi. “Estoy muy ilusionado de estar acá. Me hacen sentir en mi casa. Para nosotros fue espectacular desde que llegamos. Tengo muchas ganas de comenzar a entrenar y competir.
“Quiero darle las gracias a toda la gente de Miami por este cariño que me demuestran desde que llegué», añadió. “Estoy muy ilusionado de estar acá. Me hacen sentir en mi casa… Para nosotros (su familia) fue espectacular desde que llegamos. Tengo muchas ganas de comenzar a entrenar y competir”. El blazer azul de Beckham, copropietario y presidente del club, quedó con enormes manchas por la lluvia.
Pero nada iba a arruinar esta fiesta, una en la que los aficionados rugieron ante la presencia de la “Pulga” y la música retumbó. “Lo de esta noche es la típica bienvenida de Miami para uno de los futbolistas más grandes en la historia”, dijo Beckham. “Que nuestros hinchas nos acompañen, celebrando este momento … esto es algo que hemos concebido y estamos muy orgullosos de ello”.
El club lo resumió con un lema: “Este es nuestro momento”.