“Una situación bastante particular se da en Argentina, está cumpliendo 40 años de su vuelta a la democracia luego de las dictaduras militares, pero se encuentra con una sociedad que está muy enojada con su dirigencia política”, expresó Bernardo Voloj, Defensor del Pueblo de Chaco, Argentina.
Enfatizó que en ese descontento que se encuentra la República de Argentina, las Defensoría del Pueblo toman un papel protagónico porque ese enojo de la sociedad al primer lugar donde va a parar es a esta entidad.
Añadió que para los defensores es un aprendizaje continuo y les implica tener la flexibilidad para abordar determinadas situaciones que llegan porque tienen que atender casi como si fuera una oficina de psicología ambulante porque el humor de la sociedad argentina es bastante malo y hay mucho desgano. “Pero nosotros formamos parte de una sociedad democrática y no queremos caer en cualquier instancia de intolerancia e irrespeto a los derechos humanos”, puntualizó Voloj.
