De acuerdo con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la variación climática, particularmente los cambios en el régimen de lluvias y las temperaturas extremas, representa el principal factor que afecta la productividad agrícola. Este fenómeno plantea un desafío significativo para la agricultura moderna, que debe adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes para asegurar la sostenibilidad y la eficiencia de la producción. Las implicaciones de esta variabilidad climática incluyen:
- Alteraciones en los períodos secos y lluviosos cambiando las ventanas óptimas de aplicación de fertilizantes.
- Incrementos en las precipitaciones en algunas zonas y disminuciones en otras.
- Pérdida de aptitud agrícola en regiones que anteriormente eran adecuadas para cultivos tradicionales.
- Aparición de nuevas áreas aptas para cultivos que antes no eran viables.
El informe de Predicción Climática del IDEAM complementa esta información al revelar desvíos significativos respecto a los promedios históricos en Colombia para el III trimestre de 2024. Para la Región Caribe, se estima un aumento en las precipitaciones de entre el 10% y el 40% respecto a la climatología de referencia (1991-2020), especialmente en sectores como La Guajira, Cesar, Atlántico y Bolívar. En la Región Andina, se prevé un incremento de las precipitaciones entre el 10% y el 30% por encima de los promedios climatológicos en gran parte de la región. Sin embargo, en el departamento del Huila y el oriente de Cauca, se estima un déficit de lluvias del 10% al 20%. Para la Región Pacífica, se anticipan precipitaciones dentro de los promedios climatológicos, excepto en el occidente de Valle, Cauca y Nariño, donde se prevé un déficit de precipitación del 10% al 20% en comparación con la climatología de referencia (1991-2020).
En respuesta a esta realidad, es prioritario adoptar las mejores prácticas de sostenibilidad para anticipar y adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes. Entre estas prácticas, la correcta nutrición y fertilización de los cultivos según sus necesidades específicas son fundamentales. La fertilización no debe ser omitida; por el contrario, es crucial ajustar los planes de fertilización de manera precisa, teniendo en cuenta las condiciones climáticas y las características tanto del cultivo como del suelo. Esto es esencial para mantener la salud y la productividad de los cultivos, así como para mitigar los efectos del cambio climático. Los suelos sanos generan una cubierta vegetal que ayuda a prevenir la erosión y la degradación del suelo, además de servir como reservorios para la captura de carbono.
Por otro lado, los fertilizantes de eficiencia mejorada se destacan por su capacidad para incrementar la retención de nitrógeno en el suelo, gracias a aditivos que inhiben la ureasa y la nitrificación.
La adopción de estas tecnologías y prácticas no es un logro que los agricultores puedan alcanzar de manera aislada; todas las empresas que contribuyen al desarrollo de una Agricultura Climáticamente Inteligente juegan un rol crucial. Nitrofert, comprometida con la transformación del agro colombiano, destaca por su misión de promover prácticas agrícolas sostenibles adaptadas a las condiciones climáticas cambiantes. La empresa no solo ofrece soluciones innovadoras en fertilización y nutrición de cultivos, sino que también apoya a los agricultores en la implementación de tecnologías avanzadas como XperTech que optimizan el uso de recursos y mejoran la resiliencia de las cosechas. A través de su trabajo, Nitrofert fortalece el sector agrícola colombiano y contribuye a garantizar una producción más eficiente y sostenible en un clima en constante cambio.


