La diplomacia venezolana arremete contra la injerencia de la Unión Europea.
El canciller Yván Gil le exigió a Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, que «saque sus narices de Venezuela», a la par que prometió que «sus protegidos fascistas no volverán nunca más».
Poco antes, Bruselas había llamado a las autoridades venezolanas a poner fin a unas presuntas detenciones arbitrarias.