La discusión sobre una nueva reforma laboral, que se adelanta en la Comisión Cuarta del Senado, sigue generando preocupación en el sector empresarial del país, Camilo Sánchez, presidente del Consejo Gremial Nacional, durante su intervención ante los congresistas, advirtió sobre posibles consecuencias de esta reforma en la generación de empleo.
Afirmó que “los empresarios no son los enemigos a vencer” en esta discusión, por lo que abogó por un debate basado en el diálogo respetuoso, en la sensatez y el análisis técnico de las propuestas. Sánchez defendió el papel de empresariado, destacando que los gremios representan más del 75% del empleo formal en Colombia.
Según dijo, este sector -contrario a lo que se afirma- “cumple” con la ley laboral vigente, incluyendo pagos de horas extras y dominicales. En ese sentido, sostuvo que están dispuestos a aportar al país y una propuesta de reforma dentro de un marco “realista” y “sostenible”.
Por otra parte, criticó lo que considera una visión fragmentada de la reforma, donde cada sector defiende “un articulito”, sin considerar el impacto financiero y estructural de las medidas en conjunto.
“Aquí tenemos que ser serios, aquí debemos tener estudios”, insistió, subrayando que muchas de las propuestas no cuentan con respaldo presupuestal y podrían traducirse en pérdida de empleos formales, quien advirtió que sin respaldo financiero, muchas de estas políticas podrían resultar inviables.
Así mismo llamó la atención sobre el alto nivel de informalidad laboral en el país, que actualmente alcanza -según dijo- el 57%. Señaló que imponer más sobrecostos a los sectores agrícolas y productivos podría agravar la situación.
“¿Qué ganamos sacando una ley que en uno o dos años nos muestre que perdimos 200.000 o 500.000 empleos?”, afirmó con base a las estimaciones del Banco de la República y Fedesarrollo.