Colombia rindió este miércoles un sentido homenaje póstumo a Nydia Quintero de Turbay, exprimera dama de la Nación entre 1978 y 1982, quien falleció el lunes a los 93 años. La ceremonia se llevó a cabo en Bogotá con honores militares, destacando su legado social y su vocación de servicio.
El féretro con el cuerpo de ‘Doña Nydia’, como era ampliamente conocida y querida por los colombianos, fue trasladado desde el Salón Elíptico del Capitolio Nacional, donde fue velada, hasta la Catedral Primada, en medio de una solemne marcha fúnebre interpretada por la banda del Batallón Guardia Presidencial.
En la Plaza de Bolívar, frente al Congreso de la República, se llevaron a cabo los honores militares. Soldados formaron una calle de honor por la que avanzó el cortejo fúnebre acompañado de familiares, allegados y niños de la Fundación Solidaridad por Colombia, organización social fundada por la exprimera dama en los años 70.
La fundación, dedicada a impulsar la educación temprana, el apoyo a adultos mayores y la asistencia a familias vulnerables, fue una de las mayores obras sociales promovidas por Quintero. A través de ella, logró movilizar a artistas nacionales e internacionales en caravanas anuales para recolectar fondos destinados a programas solidarios.
En la Catedral Primada, el féretro fue recibido por el arzobispo de Bogotá, cardenal Luis José Rueda Aparicio, quien presidió la eucaristía. En su homilía, el cardenal exaltó la vida y legado de Nydia Quintero, resaltando su entrega a las causas sociales: “Comprendió que ser primera dama no era un honor, sino una responsabilidad con los más necesitados de Colombia”, expresó.
La ex primera dama fue hospitalizada el pasado viernes en la Fundación Santa Fe de Bogotá por una afección respiratoria. En ese mismo centro médico permanece internado su nieto, el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien resultó gravemente herido en un atentado con arma de fuego el 7 de junio durante un acto de campaña en la capital.
La memoria de Nydia Quintero permanecerá asociada a su trabajo incansable por el bienestar social, su legado de solidaridad y el profundo respeto que se ganó a lo largo de su vida pública.