La máxima tradición cultural afrodescendiente y hoy patrimonio de la nación se tomó el sur del Atlántico. La XXIV versión del Festival Nacional Son de Negro, realizada en el municipio de Santa Lucía el pasado fin de semana, culminó con un éxito rotundo.
«Fueron tres días de mucho colorido y tradición donde nuestro municipio albergó a más de 1300 artistas y gestores culturales de la región Caribe, es un verdadero orgullo para nosotros como administración mantener viva la tradición» expresó el alcalde Edward Ecker Martínez.
El burgomaestre resaltó la importancia que representa el Festival como fuente de reactivación económica y un gran impacto a nivel regional y nacional. Con la participación de más de 30 grupos de danzas de la región, el Festival Nacional Son de Negro se consolida como uno de los mejores en la región Caribe.
LOS GANADORES
Después de una ardua competencia, el festival tiene nuevos ganadores, primer Lugar la Fundación ecoturística Negros azules de San Cristóbal, Segundo lugar Son de Negro Boryi de Santo Tomas, Tercer lugar, Negros Cimarrones de Gamero y el cuarto lugar Negros Cimarrones de Evitar Bolívar.
Las danzas son de negro del municipio de Santa Lucía, Atlántico, como es conocido ha sido declarada Patrimonio Histórico, Étnico y Cultural de la Nación por el Congreso de la República en respuesta al proyecto de ley presentado por la Corporación para Bailes Cantaos del Caribe Colombiano en el 2024, con el respaldo de comunidad cultural y académica del Caribe.
Mediante una declaratoria oficial, el Congreso reconoció como patrimonio cultural e inmaterial de la Nación a las prácticas identitarias, estéticas y a las expresiones tradicionales de los bailes cantaos afros del Caribe colombiano.
Esta decisión resalta la riqueza cultural, musical de las comunidades afrodescendientes del Caribe colombiano y fortalece las acciones de preservación, transmisión y salvaguarda de estos saberes ancestrales que hacen parte del alma festiva y resistente del país. “Este reconocimiento llega como un homenaje a nuestros abuelos, a los pescadores del Dique, a las familias que han pintado su piel de orgullo durante décadas para mantener viva esta danza. El son de negro ya no solo es nuestro, ahora es de todo el país.


