El Gobierno Nacional advirtió este lunes que existe “riesgo electoral” en 104 municipios del país de cara a las elecciones legislativas y presidenciales de 2026, coincidiendo con las zonas donde hay cultivos de coca y presencia de grupos armados al margen de la ley.
Colombia elegirá Congreso el 8 de marzo de 2026 y celebrará la primera vuelta de las presidenciales el 31 de mayo.
“Nuestra preocupación está, principalmente, en las zonas donde hay problemas de orden público, es decir, donde hay producción y cultivo de coca”, afirmó el ministro del Interior, Armando Benedetti.
El anuncio se dio tras una reunión con el ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez; la cúpula militar y de Policía, y las entidades encargadas de la organización electoral del país.
Benedetti precisó que las principales zonas de alerta son la región del Catatumbo, en Norte de Santander; los municipios de López de Micay y El Plateado, en el Cauca; y los departamentos de Nariño, Chocó y el sur del Valle del Cauca. “Son 104 municipios en todo el país”, puntualizó.
Los riesgos en estas zonas están asociados a la presencia de cultivos ilícitos, producción de coca y operaciones de estructuras armadas ilegales, lo que podría afectar el normal desarrollo de los comicios.
Por su parte, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, aseguró que el Gobierno, a través del Plan Democracia, garantizará el acompañamiento de la Fuerza Pública en todo el proceso electoral de 2026.
Para este propósito, se desplegarán 20.000 integrantes del Ejército y la Policía encargados de custodiar las actividades políticas, las sedes de campaña y los actos de participación ciudadana.
“El año entrante ya se están adquiriendo las diferentes capacidades para garantizar las elecciones”, afirmó el ministro, al tiempo que reiteró que las capacidades operativas y de inteligencia del Estado estarán plenamente disponibles, con atención prioritaria en zonas de riesgo como Arauca y otras regiones afectadas por grupos armados ilegales.
El clima político en Colombia se ha visto tensionado tras el asesinato del senador y aspirante presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado 11 de agosto, dos meses después de resultar gravemente herido en un atentado en Bogotá.
Su muerte, el primer magnicidio de un candidato presidencial en más de tres décadas, ha sacudido la campaña electoral y reavivado los temores de que el país repita los episodios de violencia política de 1990, cuando fueron asesinados los líderes Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro Leongómez.


