Como complejo calificó el arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Salas, el negocio narcotráfico y sus efectos en la sociedad y particularmente en los jóvenes.
«No se ha avanzado lo suficiente por parte del Estado en la lucha contra este flagelo que hoy preocupa a todos, por lo tanto son los padres de familia los que tienen que proteger a los menores para que no caigan en esta desgracia», anotó el prelado.
El pronunciamiento lo hizo el arzobispo al ser abordado sobre la preocupante situación que se está presentando en los colegios y sus alrededores, donde los estudiantes son asediados por personas que pretenden volverlos drogadictos, para luego utilizarlos en la distribución y menudeo del fatal negocio.