La selección de Puerto Rico avanzó a la gran final del Clásico Mundial de Béisbol tras vencer en once entradas a Holanda por pizarra 4-3, en el primer choque de la semifinal disputado la noche de este lunes en el Dodger Stadium de Los Ángeles.
La victoria permite a Puerto Rico seguir invicto en el torneo (7-0) y llegar por segunda vez consecutiva a la gran final que disputará el miércoles con el ganador de la segunda semifinal que disputarán las selecciones Estados Unidos (4-2) y Japón (6-0).
La carrera de oro de Puerto Rico no llegó hasta después de cuatro horas y 19 minutos de acción, plena de emoción y suspense, que se rompió a favor de la novena de la Isla del Encanto porque volvió a jugar un béisbol de libro.
Todos los peloteros de Puerto Rico que estuvieron en el diamante lucieron a lo grande, pero fue Rosario, que se había ido de 4-0, el que pegó el elevado de sacrificio por el jardín central que permitió a Correa, golpeado por el relevista Loek Van Mil, el que corriese enloquecido de felicidad desde la tercera base para pisar la goma y comenzar una celebración apoteósica de los peloteros boricuas.
Después de haber trabajo en el montículo el abridor Jorge López y cinco relevistas, el joven lanzallamas Edwin Díaz, que fue el último en llegar al montículo, sacó los seis últimos “outs” del partido y fue el que se llevó la victoria.
Puerto Rico se medirá por el título al ganador del partido entre Estados Unidos y Japón, previsto para la noche de este martes en el mismo escenario.