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Champions League: Real Madrid, Manchester City y un partido que daban ganas de que no termine

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Los cruces de las dos temporadas anteriores son tan recordados por las circunstancias futbolísticas entre dos grandes equipos como porque el vencedor de cada serie terminó siendo el campeón de la Champions League. El sorteo los volvió a cruzar y Real Madrid-Manchester City no defraudan, la eliminatoria es tan volcánica como se preveía. Un carrusel de emociones, un frenesí que solo encuentra sosiego con el silbato final. Un 3-3 en un partido repleto de vaivenes, en el que nada era lo que parecía. Dos equipos con un rechazo visceral a la derrota, que no admiten otra cosa que la grandeza del triunfo en las noches que están con resaltador en el calendario.

Da pena cuando se acaban los 90 minutos, porque es la clase de espectáculo que hipnotiza, que deja recuerdos, imágenes grabadas. Lo bueno es que quedan, como mínimo, otros 90 minutos, el próximo miércoles, en el Etihad Stadium. De ahí surgirá un semifinalista. Favorito no hay, expectativas sobran. Real Madrid y Manchester City son una garantía de fútbol de alto vuelo, sostenido en la táctica y el estudio, sí, pero sin dejar de lado la ambición y la inspiración individual, que ambos poseen en altas dosis. Es alta competencia, de elite, y también fútbol de la calle. Una combinación irresistible.

Ganaba Manchester City al minuto, con un tiro libre de Bernardo Silva que todo Real Madrid, y especialmente el arquero Andriy Lunin -cuánto extrañan en el Madrid a Courtois- esperaba en forma de centro. Reaccionó tarde el guardavallas ucranio para despejar el remate del portugués, uno de los jugadores predilectos de Pep Guardiola.

Culé de cuna, Guardiola dejó una frase para alimentar la rivalidad con Real Madrid cuando lo consultaron por el nuevo Bernabéu techado: “A mí me gusta ver el cielo, la verdad. Pero es cierto que ha quedado impresionante. Ahora sólo tienen que cuidar el césped, sólo deben mejorar eso. Florentino (Pérez) sólo se tiene que preocupar de que lo próximo sea tener un buen campo, como el Madrid siempre lo había tenido”.

Para Carlo Ancelotti fue “un partido increíble entre dos equipos extraordinarios”. El técnico italiano dejó su balance: “Lo que queríamos era sacar una pequeña ventaja, pero debemos irnos satisfechos, porque competimos. Si lo hacemos también allí, puede pasar algo bueno”. La incógnita es si ese “algo bueno” será para el Madrid. Para la salud del fútbol en general lo será, seguro.

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