La Federación Italiana de Gimnasia (FGI) lleva días instalada en mitad del ojo del huracán después de que la semana pasada se despidiera a Emanuela Maccarani, entrenador de la FGI durante 29 años, tras la denuncia de dos exgimnastas, Anna Basta y Nina Corradini, quienes la acusaron en 2022 de abuso psicológico cuando las había entrenado. Según las acusaciones difundidas por los medios italianos, Maccarani obligó a las gimnastas, ambas menores de 18 años en ese momento, a pesarse ante sus compañeros de equipo, y el cuerpo técnico insultaba a las atletas si parecían tener sobrepeso.
La Federación Italiana de Gimnasia informó el pasado miércoles del despido de Emanuela Maccarani del cargo que ocupó durante 29 años, después de que los fiscales de Monza solicitaran que fuera juzgada por su presunto maltrato a las gimnastas. La FGI no mencionó las acusaciones de abuso en su comunicado.
El caso, lejos de apaciguarse, ha ido a más con el paso de los días y este lunes La ‘Gazzeta dello Sport’ ha desvelado que la italiana Julieta Cantaluppi, famosa entrenadora de gimnasia y exseleccionadora de categorías inferiores, así como actual seleccionadora de gimnasia de Israel, obligó a varias gimnastas italianas menores de edad a quitarse prendas de ropa por cada error en los entrenamientos.
Una auténtica bomba que llega solo dos días después de conocerse que el nuevo presidente de la Federación de Gimnasia Italiana (FGI), Andrea Facci, calificó a la gimnasta Ginevra Parrini como «un coño precioso».
Entre las gimnastas que sufrieron esas prácticas está Sofia Raffaeli, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París 2024 y nacida en 2004, por lo que cuando ocurrieron las supuestas vejaciones, algunas antes de 2022, era menor de edad.
«Cada vez que no podían hacerlo, tenían que quitarse parte de la ropa»
La Fiscalía de Monza (norte) comenzó entonces -en 2022- una investigación sobre los posibles abusos e interceptó una llamada entre Olga Tishina, mano derecha de Maccarani, y Natalia Nesvetova, responsable deportiva de la sociedad de gimnasia Etruria Prato, en la que criticaron a Cantaluppi.
«Con ella (Cantaluppi) todo es mucho peor… Con ella hay maltrato. Cuando obligaba a Raffaeli y Serena Ottaviani a lanzarse el aro… y cada vez que no podían hacerlo, tenían que quitarse parte de la ropa. Y al final se quedaban en ropa interior», se escucha contar a Tishina.
«Las encerraba en una habitación pequeña y fría, sin teléfono, sin nada, porque entrenaban mal. Las castigaba», añade Tishina en esas conversaciones telefónicas.
En otra conversación, Martina Centofanti, capitana de la selección italiana de gimnasia rítmica, le confesó a su propia madre que vio a Raffaeli obligada a arrodillarse ante una entrenadora a la que le rogaba que aceptara sus disculpas por haber hecho mal un ejercicio. Por el momento, a diferencia de Maccarani, ninguna gimnasta ha presentado una denuncia contra Cantaluppi.
Tomado de Antena3.com