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Fanáticos de los Atléticos de Oakland asisten en masa para boicot inverso

Fanáticos furiosos de los Atléticos de Oakland salieron en masa con un simple mensaje al propietario John Fisher: “Venda”.

Brian Guido y Scott Finney, amigos de Sacramento salieron temprano de sus trabajos porque de ninguna manera iban a perderse las actividades a unas cuantas horas de distancia en Oakland.

“He asistido a solamente un juego este año. Vi este juego y supe que tenía que asistir a la protesta porque sabía que sería algo monumental y enviaría un mensaje al dueño de que esto es lo quiere la fanaticada ferviente”, dijo Fineny. “Quieren que los propietarios vendan el equipo, de manera que permanezca en Oakland”.

Miles de frustrados y entristecidos fanáticos de los Atléticos llegaron temprano para reunirse de manera solidaria en los predios del Oakland Coliseum previo al juego Rays–Atléticos, tanto para celebrar a su equipo como para protestar en contra de la planeada reubicación hacia Las Vegas.

Lo denominaron un boicot a la inversa, que apunta a traer la mayor cantidad posible de personas hacia el estadio, complementando el acto con grandes camisetas verdes que mostraban la palabra “VENDA”, confeccionadas por la compañía local Oaklandish.

Un poster que decía “Aquí estamos” contaba con instrucciones específicas para cada episodio, como consignas de “¡Vendan al equipo! ¡Vendan al equipo!” para el primer bateador de Tampa Bay en la parte alta de la entrada, y “¡Quédense en Oakland!” seguido de cinco aplausos para el primer bateador de la parte baja del episodio.

Los Atléticos anunciaron horas antes del primer lanzamiento que todos los ingresos de boletería de este juego serían donados a caridad, al banco de alimentos del Alameda County Community, y al fondo de educación pública de Oakland. Las entradas seguían a la venta, y el equipo brindaría más adelante información actualizada.

Leslie y Justin Lopez, madre e hijo, caminaban juntos usando su camiseta “VENDA” reflejando cuánto han significad los Atléticos para sus vidas. Justin, de 27 años, ha asistido a los juegos desde que tenía 8 meses de nacido. Se siente devastado cada vez que las principales estrellas parten hacia un mercado más grande durante la agencia libre, o cuando las demás estrellas son traspasadas.

Cortesía: AP Deportes.

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