Cuando Comesaña llegó a Junior las cosas no podían estar peor, aún cuando por esos defectos en nuestra memoria de corto plazo lo hayamos ya olvidado.
Que dolió la eliminación ante Flamengo? Si, y mucho! Que dolió aún más la sufrida ante América? Indudablemente. Qué el equipo sin jugar mal tuvo errores que costaron mucho y menguó en su definición? Inocultable. Qué va a costar recobrar la credibilidad y que eso va a depender de un título? Lamentablemente si.
No obstante, la ira y la frustración del momento no puede llevarnos a perder la perspectiva. No podemos ahora pensar en destruir todo: directivos, técnico, jugadores y un proceso que apenas tiene unos cuantos meses de haber arrancado.
No siempre el que mejor fútbol juega es el que accede a las finales y gana títulos. El Brasil del 82 con las más rutilantes figuras y el más exquisito fútbol es un ejemplo claro de ello.
La clave en Junior está en persistir. En no desfallecer. En no claudicar. En saber caer y aprender a levantarse aún más fortalecido El éxito que se persigue pasa por potenciar lo bueno que se hizo y avanzar para fortalecer aquello en lo que se falló.
Reforzar aún más el equipo quedo más que demostrado que es necesario. A inicio de torneo pensábamos que teníamos demasiados defensas centrales y las lesiones terminaron demostrándonos lo contrario.
Nuestro referente más cercano y rival a vencer no alcanzó sus éxitos nacionales e internacionales de la noche a la mañana. Los obtuvo manteniendo un proceso. Se siembra y a veces aunque la semilla no se haga visible en los tiempos en que por la impaciencia queremos, por fuera de nuestro campo visual algo está creciendo, algo que debe tarde o temprano darnos frutos.
Hay una excelente base, que se montó para intentar ganar un torneo y se pelearon tres. El desgaste fisico, mental y anímico pasaron cuenta de cobro. Sin embargo e independientemente de los adversos resultados momentáneos, si hay continuidad grandes alegrías pueden sobrevenir mucho antes de lo que se espera.
Se aseguró Copa Libertadores para el 2018 y el reto es seguir armando y fortaleciendo un equipo del que ya se habla, y muy bien, en los medios deportivos internacionales, exaltando lo que quizás por proximidad nosotros mismos no alcanzamos a apreciar y a valorar.
La directiva de Junior tiene un reto grande: seguir dándonos buenas noticias, mejor, excelentes noticias a nivel de contrataciones que mantengan la fe intacta en lo que, con sus errores como es normal, ha empezado a hacerse bien. El barco va por buen rumbo y aunque no se vislumbre tierra firme no es momento de abandonar embriagados por el normal pesimismo. Ojalá esas noticias de contrataciones comiencen a darse más pronto de lo que se espera para que la fe y la esperanza reverdezcan y sigan intactas.
El máximo accionista del club, con la sapiencia que dan los años había anticipado que podían haber tropiezos como en efecto los hubo. Los tropiezos sirven para fortalecerse y para aprender a superar los escollos y no para quedarse llorando las derrotas dejando de soñar y avisorar los triunfos.