El Junior de Colombia buscará sacar ventaja este jueves en la Copa Libertadores cuando reciba al Atlético Tucumán de Argentina y encender así el histórico Carnaval de Barranquilla, su ciudad, con un triunfo en la ida por la fase tres del torneo continental.
El partido se disputará a las 17H15 locales (22H15 GMT) en el estadio Jaime Morón, de la ciudad de Cartagena de Indias, dado que la cancha del Metropolitano de Barranquilla está en reparación.
Pese a jugar fuera de su tradicional escenario, el Junior y el Carnaval, patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, son los grandes íconos de Barranquilla.
El equipo del técnico Alberto Gamero, contagiado de las fiestas populares, está listo para enfrentar al ‘Decano’ argentino y el martes recibió a la reina del Carnaval Stephanie Mendoza, quien bailó con los jugadores y dio su voz de aliento de cara al juego del jueves.
«Quiero un equipo alegre y contento en la cancha», dijo Gamero quien expresó su complacencia por la visita de Mendoza y aseguró que su equipo «tiene que agradar a la gente».
El estratega insistió en los últimos días en contrarrestar el juego aéreo del rival, uno de los fuertes de Atlético Tucumán y uno de los dolores de cabeza de Junior, que viene de perder 3-1 ante América de Cali el pasado fin de semana por la liga local.
«Tucumán es un rival que tira muchos centros, son altos y tenemos que evitar eso. Vamos a jugar con un equipo complicado y debemos estar muy concentrados en todas las líneas», aseguró Gamero, cuyo equipo dejó en el camino a Carabobo de Venezuela en segunda fase.
En medio del jolgorio barranquillero y con la idea de darle una alegría a su pueblo para que se goce su carnaval, los jugadores también expresaron preocupación por las capacidades aéreas del rival y se pusieron como meta dejar su arco en cero antes del juego de vuelta.
«Debemos jugar con mucha inteligencia y con la mejor actitud para superarlos. Si estamos sólidos defensivamente no nos van a hacer goles», afirmó el defensor central Alexis Pérez, para quien el juego será ante un rival «muy complicado».