En momentos en que el fútbol continental se encuentra en el centro de las críticas a nivel internacional por los hechos que rodearon la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, un muy diferente capítulo se vivió en Barranquilla durante la primera final de la Sudamericana.
Los nombres de Barranquilla, su estadio, su equipo y su hinchada son objeto de comentarios muy positivos en redes sociales, en su mayoria en portugués, pues son los aficionados brasileños quienes se han encargado de contarle al mundo la maravillosa experiencia que les representó acompañar al Paranaense en el Metropolitano.
Cuentan por ejemplo que los hinchas del Junior no desaprovecharon ninguna oportunidad de pedirles una foto, incluso lograron romper el «aislamiento policial» para acercarse a ellos y de manera amable obtener fotografías para el recuerdo de lo que se vivió en el escenario deportivo de la Ciudadela 20 de Julio.
También cuentan que al final del partido en un gesto de hermandad y fraternidad, hubo intercambios de camisetas entre los aficionados junioristas y la ‘torcida’ brasilera.
La fiesta en la tribuna fue total, al final el estadio entero aplaudió el espectáculo brindado por ambos equipos y los brasileños, en medio de aplausos de la parcialidad juniorista, corearon en agradecimiento el nombre de «Junior, Junior».
De este ejemplar comportamiento fueron testigos delegados de la Conmebol y la FIFA, quienes llegaron al compromiso deportivo, prevenidos, ante los incidentes ocurridos en Argentina.
Históricamente los barranquilleros han tenido una gran afinidad y admiración por el fútbol brasileño, lo que quizas encuentre explicación en el paso por el Junior de futbolistas de esa nacionalidad que dejaron huella en la ciudad como el exmundialista de 1970 Garrincha, Victor Ephanor, Caldeira, Chiquinho, Dacunha, Dida y más recientemente Marquinho.
Recientemente también, miembros de las barras fueron objeto de comentarios positivos por la hospitalidad que tuvieron con otras hinchadas del continente que visitaron la ‘Casa de la Selección’, siendo recordado el tratamiento que se le dio a la afición del Carabobo de Venezuela por parte del Frente Rojiblanco Sur. Esta vez fue la ‘torcida’ del Furação la que vivió la hospitalidad y calidez del pueblo barranquillero.