La fortuna del fútbol sonrió a Irán, que ganó por 0-1 a Marruecos con un gol en propia meta del marroquí Aziz Bouhaddouz en el minuto 95 en un duelo que parecía condenado al empate.
El conjunto iraní, que se había dedicado todo el partido a esperar a Marruecos y salir al contragolpe, se encontró con tres puntos en un saque de esquina desde la izquierda que Bouhaddouz, en su intento por despejar, introdujo en la portería de su compañero Munir, condenando al conjunto magrebí, que había sido más ambicioso.
El gol de Bouhaddouz fue el segundo concedido por Marruecos en una Copa Mundial. El primero fue anotado por Youssef Chippo en Francia 1998.