En un juego tremendo, con siete jonrones, 10 entradas y más de cinco horas, los Astros vencieron 13-12 a los Dodgers en la madrugada del lunes en el Minute Maid Park en Houston para ponerse 3-2 adelante en la Serie Mundial.
Alex Bregman puso fin al juego, con un sencillo ante Kenley Jansencuando había dos outs de la décima entrada, y los Astros de Houstonsuperaron el domingo 13-12 a los Dodgers de Los Ángeles, para colocarse a un triunfo de ganar el Clásico de Otoño.
El público en el Minute Maid Park, que enmudeció cuando el as Dallas Keuchel permitió que los Dodgers tomaran la delantera por 4-0, no dejó de emocionarse en el resto de un encuentro en que el pitcheo brilló por su ausencia.
Nadie pudo haber previsto semejante despliegue de artillería durante una noche en que Clayton Kershaw abrió por los Dodgers y Keuchel por los Astros.
José Altuve, Carlos Correa, Yuli Gurriel, George Springer y Brian McCann dispararon sendos vuelacercas por Houston, que igualó 4-4 la pizarra ante Kershaw.
»’Recuerdo cuando estábamos abajo 4-0», dijo Bregman. »Yo, Altuve, Correa y Yuli estábamos detrás del montículo y dijimos. Oigan, estamos contra la pared. ¿Qué tal si nos relajamos?»
Cody Bellinger sacudió un bambinazo de tres vueltas para que los Dodgers recuperaran la delantera por 7-4. Pero los Astros volvieron a remontar para irse arriba 11-8 tras siete capítulos y 12-9 luego de ocho.
El cubano Yasiel Puig aportó otro cuadrangular por los Dodgers, que rayaron tres veces en el noveno inning para igualar el juego a 12.
Pero los Astros rieron al último, muy pasada la medianoche. Con dos outs, Bregman bateó su hit y puso fin a la tensa pulseada de cinco horas y 17 minutos.
Esta Serie Mundial había incluido ya un encuentro electrizante, el segundo, en que Houston se impuso por 7-6 en 11 capítulos.
Pero con cada uno de los siete jonrones, el juego dominical se fue configurando quizás como el más enloquecido en la historia del Clásico de Otoño, incluso por encima de aquel en que los Azulejos de Torontose impusieron 15-14 a los Filis de Filadelfia en 1993.
Texto cortesía: ESPN