La escena era familiar, ya que los Dodgers salieron de su banquillo el jueves por la noche para celebrar el título de la Liga Nacional Oeste, que consiguieron al derrotar por 7-2 a los Padres de San Diego en el Dodger Stadium.
Sin embargo, este logro – el 22º campeonato de división de la franquicia, y el 11º en los últimos 12 años – se sintió un poco diferente.
A pesar de que llegó la misma noche en que uno de sus jugadores estrella se lesionó.
Tras ir perdiendo por 2-0 en la séptima entrada, los Dodgers resucitaron con una ofensiva explosiva. Will Smith empató el partido, saltando por encima de una bola rápida del abridor de los Padres Joe Musgrove para un jonrón de dos carreras al centro. Shohei Ohtani puso a los Dodgers al frente, colando un sencillo de RBI a través del lado derecho del infield. Mookie Betts añadió un punto de exclamación, con un sencillo de dos carreras por el otro lado, que supuso la 41ª remontada de los Dodgers en la temporada.
La conquista de la corona de este año ha seguido un guión diferente: un guión envuelto en expectativas sin precedentes tras una pretemporada multimillonaria, descarrilado repetidamente por las lesiones de su rotación titular y finalmente ganado con una serie de momentos definitorios de la temporada en la recta final.
Cortesía: Los Ángeles Times