El neerlandés Mathieu Van der Poel (Alpecin Deceuninck), dio otro paso en su lucha particular en la historia de clásicas proclamándose por tercera vez consecutiva vencedor de la París-Roubaix, disputada en su 12 edición entre Compiègne y el Velódromo André-Pétrieux, en la localidad que da nombre a la prueba, con un recorrido de 259,2 km.
Se cumplió el pronóstico del duelo entre los grandes dioses del ciclismo en el ‘Infierno del Norte’ de la Roubaix. Amplió su paraíso en su ya prueba talismán Van der Poel, capaz de aprovechar un pequeño incidente de Tadej Pogacar a 38 de meta para abrir una diferencia que ya fue definitiva para ganar e igualar los tres triunfos consecutivos de Francesco Moser (1978, 79 y 80).
Tremendo el poderío de Van der Poel (Kapellen, 30 años), intratable ante el debutante Pogacar. Su cabalgada en solitario le colocó en el velódromo de Roubaix con tiempo de saborear su octavo monumento, igualando al eslovenos en este apartado.
Cruzó la meta marcando con sus dedos el número 3, esta vez sin saludo militar, aunque sea el general de las grandes clásica. Marcó un tiempo de 5h.31.28, a una media de 46,9 km/hora. A 1.14 llegó Pogacar, con aires de conformidad, saludando al público con su maillot de campeón del mundo.
A 2.10 más ilustres, como el danés Mads Pedersen (Lidl), afectado por una inoportuna avería, y cuarto Wout Van Aert, (Visma), alejado de la élite en los últimos tiempos.
Cortesía: EFE