La crisis del puerto de Barranquilla, cuyo calado es de 8 metros, la más baja de los últimos años tiene grandes consecuencias para la competitividad, pues cinco buques que tenían previsto arribar en las últimas horas han tenido que ser desviados a otros puertos y otras 6 embarcaciones permanecían atrapadas sin poder salir.
El pronunciamiento lo hizo el alcalde encargado, Jaime Pumarejo, quien se declaró a la espera de una rápida y decidida acción de por parte de Invías y el Ministerio del Transporte para el dragado del canal de acceso.
Los buques que permanecen en el puerto local, adelantan maniobras de aligeramiento de carga para poder salir ante el bajo calado que se tiene en el canal de acceso.
Explicó el alcalde encargado, que se cayó en un limbo jurídico al no haber podido darse la terminación del contrato con Navelena, que a su vez no ha cumplido con los trabajos de dragado por los conocidos problemas financieros.