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Propuesta de Genética molecular aportaría soluciones contra la plaga del ‘Dragón Amarillo’

El año pasado se erradicaron en el Atlántico 22.364 hectáreas de árboles afectados.

La propuesta que se realizó en el cuarto Seminario de Microbiología Aplicada, fue organizada por la Universidad Simón Bolívar, esta aportaría una posible solución para  el ‘Dragón Amarillo’, como se denomina la plaga que viene afectando los cultivos cítricos en Colombia, en la cual se buscaría un microorganismo que inhiba la bacteria de la Huanglongbing (HLB)

“Se debe trabajar desde la genética molecular en alguna tecnología que, dentro de la planta, mate la bacteria o disminuya su tasa de replicación”, recomendó este viernes Lumey Pérez Artiles, investigadora de la Corporación Colombiana de Investigaciones Agropecuarias (Agrosavia), antes Corpoica, durante el V Seminario de Microbiología Aplicada organizado por la Universidad Simón Bolívar.

Cabe mencionar que el ‘Dragón Amarillo’ ingresó a Colombia por el departamento de La Guajira, donde en 2015 se detectó en un insecto vector y al año siguiente, en cultivos de los municipios Distracción y Fonseca. Desde entonces se esparció al Atlántico, Magdalena, Cesar, Bolívar y Norte de Santander.

En junio de este año, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) informó que durante el año pasado se erradicaron en el Atlántico 22.364 hectáreas de árboles afectados. “En el municipio Santo Tomás los productores acataron las instrucciones y erradicaron 28 hectáreas, con aproximadamente 6.200 árboles”.

Entre los asistentes a la segunda jornada del seminario se expuso la situación que se vive en municipio de la banda oriental del Atlántico. “Hay muchos productores (de limón) que están perdiendo sus cultivos. Les han propuesto el reemplazo de cultivos y que compren semillas importadas de Brasil, ellos han quemado sus plantaciones para volver a sembrar y no ha funcionado”.

Unos de los efectos de la HLB comienzan con el deterioro de la planta hasta volverla improductiva. Los síntomas más comunes son el color amarillo en ramas, el engrosamiento de las nervaduras de las hojas, patrones de color diferentes en cada lado de las hojas, deforestación de las ramas y el aborto de semillas en los frutos.

“No tiene repercusiones en la salud humana porque la bacteria solo afecta la planta: baja la calidad del fruto, cuyo sabor es más amargo, y se reducen los nutrientes que aporta al consumidor”, explicó la investigadora.

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