La Corte Internacional de Justicia (CIJ) determinó que «Chile no contrajo la obligación de negociar la salida al mar de Bolivia» en un histórico fallo emitido este lunes 1 de octubre desde los tribunales de La Haya (Países Bajos), cuya resolución tuvo 12 votos a favor contra tres.
Al momento de emitir la sentencia, los magistrados reflejaron un extenso repaso histórico de los acontecimientos del caso y sumaron ejemplos de otros países que presentaron conflictos similares. Asimismo, exhibieron todos los planteos y las actuaciones efectuadas por ambos Estados dentro del litigio territorial y marítimo, considerando tratados y convenios invocados por ambas partes.
De esta forma, tras cinco años desde que Bolivia demandara a Chile en la Corte, se dirime un histórico conflicto que plantea importantes cortocircuitos entre ambos países. Sobre ello, vale repasar que las resoluciones de la CIJ son inapelables y deberían cumplirse.
Sin embargo, una de las principales características del derecho internacional es que no existe el denominado ‘poder de policía’, es decir, una fuerza coercitiva que obligue a los países a cumplir las resoluciones. En otras palabras, si el Estado que pierde el conflicto en los tribunales se niega a acatar el fallo, la consecuencia sería someterse a algún tipo de sanción internacional, que debería determinarse en su debido momento, pero el cumplimiento de la orden dependerá de las autoridades locales.
La lectura del histórico fallo tuvo en vilo a ambos países, que frenaron sus actividades cotidianas para escucharlo. Por su parte, el presidente chileno, Sebastián Piñera, siguió la transmisión en vivo desde el Palacio de La Moneda, mientras que el mandatario boliviano, Evo Morales, se hizo presente en la Corte y tomaba apuntes sobre los argumentos allí manifestados.
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