El Departamento de Estado de los EE.UU. enmendó la Orden Ejecutiva 13637 para certificar ante el Congreso de ese país que Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Irán y Siria serían —a su parecer— «países que no están cooperando plenamente con los esfuerzos antiterroristas» ejecutados por Washington.
El decreto, que fue firmado por el secretario de Estado, Antony Blinken, el pasado 8 de mayo y publicado este martes en el Registro Federal de EE.UU. —la Gaceta oficial del Gobierno estadounidense— se promulgó de conformidad con la sección 40A de la Ley de Control de Exportación de Armas y la Orden Ejecutiva 13637.
Tras conocerse la decisión del Departamento estadounidense, Caracas y La Habana fijaron posición y rechazaron el señalamiento de Washington, al considerar que tal acusación es infundada y utilizada como herramienta de coerción política.
«Persisten desde Washington las mendaces acusaciones contra Cuba referidas al terrorismo, abominable crimen que EE.UU. ha practicado sin escrúpulos y que con oportunismo usa como herramienta de coerción política», expresó el ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez.
Por su parte, el canciller venezolano, Yván Gil, publicó un comunicado en el que advirtió que «el Gobierno de Venezuela rechaza, de manera categórica, el cuestionamiento inmoral de los EE.UU.» al compromiso de su país en la lucha contra el terrorismo.
En el texto, la Cancillería venezolana denunció que las acusaciones de EE.UU. son «infundadas», porque Venezuela, «año tras año», ha demostrado «el cumplimiento de todas sus obligaciones nacionales y multilaterales» en un tema tan «sensible» como el terrorismo.
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