El desabastecimiento de agua representa un desafío real que trasciende fronteras geográficas y que afecta a diversas industrias y comunidades en todo el mundo. En el sector turístico, este problema adquiere una relevancia particular, dado que el agua es un recurso fundamental para la operación de muchos destinos turísticos y para la experiencia de los viajeros. La Fundación We are Water establece que el consumo promedio de agua de los turistas a nivel mundial es muy elevado, ya que puede llegar a los 800 litros al día, lo que supone 673 litros más que un ciudadano promedio, que se sitúa en 127 litros diarios.
Estas cifras se calculan a partir del gasto en hotelería y restauración (cocina, lavandería, aseo, piscinas, refrigeración y riego), así como en actividades como golf, saunas o parques temáticos. Igualmente, datos de la Organización Mundial del Turismo señalan que el consumo de agua puede alcanzar los 2.000 litros diarios en zonas tropicales, y en el sector hotelero puede situarse en los 3.423 litros por día. Es importante aclarar que el consumo de agua varía según el destino y las actividades planificadas.
Desde la educación superior es importante fomentar en los programas universitarios la creación de estrategias de sensibilización que promuevan prácticas de consumo responsable para los actores del sector turístico. La educación sobre la importancia del ahorro de agua y el uso de herramientas como el cálculo de la huella hídrica, pueden ayudar a crear conciencia y fomentar un comportamiento proambiental. Además, invertir en innovaciones que permitan un uso más eficiente del agua y compartir buenas prácticas son acciones clave para mitigar el impacto del desabastecimiento de agua en el turismo.
Daniela Thiel Ellul, directora del departamento de Turismo de la Universidad Nebrija, afirma que la adopción del turismo sostenible desempeña un papel crucial en la mitigación del impacto del desabastecimiento de agua en destinos turísticos. “La implementación de prácticas sostenibles como el empleo eficiente del agua, la reutilización de recursos y la adopción de tecnologías innovadoras, puede ayudar a reducir la presión sobre los recursos hídricos locales”, sostiene. Sin embargo, es fundamental que estas prácticas sean valoradas y adoptadas tanto por los destinos como por los turistas para lograr un cambio significativo hacia un turismo más sostenible.
“En el caso del agua, estas prácticas incluyen estrategias de ahorro hídrico que pueden ir desde la concienciación sobre la frecuencia del lavado de toallas y sábanas, limitar el derroche, así como el uso de agua regenerada para el riego de jardines y zonas verdes o el uso de las tecnologías para reducir el consumo. Estas acciones pueden sin lugar a dudas contribuir a mitigar el impacto del desabastecimiento de agua en destinos turísticos, pero deberían ser incorporadas como prácticas habituales y lograr que sean valoradas por los turistas. Se requiere un compromiso de todos para avanzar hacia un turismo sostenible”, apunta la profesora Thiel.
El desabastecimiento de agua puede influir en las decisiones de viaje de algunos turistas, especialmente aquellos que buscan destinos donde poder disfrutar de actividades acuáticas o donde el consumo de agua sea un factor importante. Sin embargo, otros viajeros pueden optar por visitar destinos afectados por el desabastecimiento de agua y ser responsables en su uso. Es esencial reconocer la realidad de estas problemáticas y trabajar en conjunto para encontrar soluciones sostenibles que aseguren la viabilidad a largo plazo de los destinos turísticos.