El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, denunció este domingo las “maniobras retóricas” con las que, según dijo, se intenta “justificar intervenciones ilegales en América Latina”, durante su discurso en la instalación de la IV Cumbre CELAC-UE, celebrada en Santa Marta, Colombia.
“La amenaza de uso de la fuerza militar volvió a formar parte del cotidiano en América Latina y el Caribe. Viejas maniobras retóricas son recicladas para justificar intervenciones ilegales”, afirmó el mandatario brasileño.
Aunque Lula da Silva no mencionó directamente al expresidente estadounidense Donald Trump, en declaraciones anteriores ha criticado el despliegue militar de Estados Unidos cerca de las aguas territoriales de Venezuela, así como los ataques a embarcaciones en el Caribe y el Pacífico.
“Somos una región de paz y queremos permanecer en paz. Democracias no combaten el crimen violando el derecho internacional”, subrayó el líder del Partido de los Trabajadores (PT).
El canciller brasileño, Mauro Vieira, había adelantado que Lula asistiría a la cumbre en “solidaridad regional con Venezuela”. El propio presidente señaló que el foro CELAC-UE solo tiene sentido si se discute la presencia militar estadounidense en el Caribe.
En una reunión reciente con Trump, Lula aseguró haberle expresado que América Latina debe mantenerse como una zona de paz.
Durante su discurso en Santa Marta, el mandatario brasileño también advirtió que la democracia se debilita cuando el crimen organizado corrompe las instituciones, y destacó que la seguridad es un “deber del Estado y un derecho humano fundamental”.
“No existe solución mágica para acabar con la criminalidad. Es necesario reprimir el crimen organizado y sus líderes; estrangular su financiación y eliminar el tráfico de armas”, enfatizó.
El presidente añadió que el alcance internacional del crimen exige cooperación entre países, con acciones coordinadas, intercambio de información y operaciones conjuntas.
Como ejemplo, recordó que Brasil renovó el Comando Tripartida de la Triple Frontera, junto a Argentina y Paraguay, y creó un Centro de Cooperación Policial Internacional de la Amazonía, en Manaos, desde donde coordina esfuerzos con nueve países de la región para combatir el crimen transnacional.


