La Real Academia Sueca de Ciencias ha decidido otorgar el premio Nobel de Física 2025 a los investigadores John Clarke, Michel H. Devoret y John M. Martinis «por el descubrimiento del efecto túnel mecánico cuántico macroscópico y la cuantificación de la energía en un circuito eléctrico«.
Según argumenta el jurado, el trabajo de estos tres científicos ha iniciado una nueva revolución en la física cuántica que, a su vez, «ya brinda oportunidades para el desarrollo de la próxima generación de tecnología cuántica, incluyendo la criptografía cuántica, las computadoras cuánticas y los sensores cuánticos».
En el último lustro, este prestigioso galardón ha premiado todo tipo de líneas de investigación. El año pasado, se premió a John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton por sus descubrimientos e invenciones fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales. En 2023, se premiaron a Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne L’Huillier por sus hallazgos relacionados con la dinámica de los electrones mediante el uso de pulsos de luz en la escala del attosegundo. El año anterior (2022) se galardonó a Alain Aspect, John F. Clauser y Anton Zeilinger por sus experimentos con fotones entrelazados, que establecieron las bases para la información cuántica. Y un año antes, en 2021, se premió, por un lado, a los pioneros Syukuro Manabe y Klaus Hasselmann por el modelado físico del clima de la Tierra y la predicción del calentamiento global, y por otro lado, a Giorgio Parisi, una de las grandes mentes capaces de desentrañar los sistemas complejos que permiten entender desde las alteraciones climáticas hasta el vuelo de los estorninos.
Desde el año 1901, cuando se iniciaron oficialmente estos galardones, hasta ahora, se han concedido oficialmente 118 premios para trabajos en el ámbito de la física. Uno de los más conocidos fue el de Albert Einstein de 1921, por sus aportaciones a la física teórica y, especialmente, por el descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico.



