Los reclusos que permanecen en estado de hacinamiento en las salas de paso para detenidos en la URI, o denominadas carceletas, se tomaron esas instalaciones para exigir el traslado a otros centros de reclusión.
Las protestas iniciaron a las 3 de la madrugada de este miércoles y los presos amotinados exigían la presencia de organizaciones humanitarias, entes de control y los medios de comunicación.
Cuestionan las condiciones higiénicas de esas carceletas y que no tengan acceso a condiciones más dignas.
La URI tiene capacidad de 70 presos en sus carceletas y son 129 los que permanecen allí.
En desarrollo de estas protestas, los presos han destruído las cámaras de seguridad y dañado la infraestructura de la URI en el centro de Barranquilla
“Nos tienen secuestrados. Mi familia no sabe que estoy aquí, nos están violando todos los derechos”, manifestó un detenido de nacionalidad venezolana.