El viacrucis lo viven en carne propia los suboficiales del Inpec, a quienes les corresponde las revistas a quienes gozan del beneficio de detención domiciliaria y prisión domiciliaria.
«Dos funcionarios en una moto que funciona a medias, porque hay que decir la verdad, funciona a medias, es prácticamente imposible», es lo primero que el dragoneante Milton Aníbal menciona al hablar del monitoreo que hace la institución.
Eso sin contar que cuando el detenido debe acudir a una audiencia, deben ser ellos los que están en la obligación de recogerlos en su casa y llevarlos hasta el centro de servicios; puede tardar más de seis horas la diligencia, entonces ese día no se pasa revista a nadie más.
Asegura que la mayoría de las personas nunca están en su domicilio, lo que significa una burla a la justicia.
«Un interno que no está en su domicilio es para que le revoquen la medida enseguida pero entonces cuando la policía lo ve en las calles cometiendo actos delictivos o simplemente está por fuera de su domicilio lo trae a la modelo y nosotros lo que hacemos es llevarlo a su casa, eso es una burla a la justicia», agregó.
Más de 4.300 internos en las calles es para él sinónimo de que Barranquilla, se convirtió en una megacarcel sin que se vislumbre una solución a corto plazo.
Siguen cometiendo actos delictivos.
La Policía Metropolitana de Barranquilla reportó que en lo corrido del año 264 personas con detención domiciliaria han sido sorprendidos violando la medida y cometiendo actos delictivos.
«Nuestro análisis de convivencia y seguridad ciudadana ha generado un concepto bien interesante que muchas de las capturas coinciden con los delitos y las medidas domiciliarias, a hoy tenemos 264 delincuentes reincidentes que aún cumpliendo medida domiciliaria han generado delitos», señaló el Coronel José Palomino.
El oficial hizo referencia a delitos como porte de armas, lesiones personales, violencia intrafamiliar, porte de estupefacientes y homicidio.
Las alcaldías no están cumpliendo con los aportes.
Necesidades de todo tipo es lo que se percibe en los centros carcelarios en Barranquilla, de la que las autoridades locales se han hecho los ciegos y sordos, según el dragoneante Freddy Patiño, encargado de la parte jurídica del Inpec en la cárcel La Modelo.
«El mismo código dice que los municipios que no cuenten con una cárcel deben apoyar y sacar de su presupuesto para apoyar a esos centros de reclusión. En este momento ningún municipio del departamento, ni siquiera Barranquilla, nos está apoyando. Que nos dijeran aquí tienen motos, aquí tienen vehículos o para contratar personal pero no», indicó.
El municipio de Soledad, por ejemplo no ha entregado recursos porque según la Alcaldía, el Concejo no le aprobó recursos para ello ni le ha permitido celebrar convenios.
«Entre la penitenciaria de El Bosque y La Modelo, tenemos cerca de 300 internos que han sido detenidos que han sido enviado por jueces en el municipio de Soledad, y el concejo no le ha dado facultades al alcalde para la celebración de convenios», concluyó.
Estos dineros son invertidos en la compra de colchonetas, mantenimiento de equipos y vehículos y mejoras internas en el establecimiento.