En una operación conjunta entre el Gaula de la Policía Metropolitana de Barranquilla y la Fiscalía 12 Especializada contra la extorsión, fueron capturadas 20 personas sindicadas de pertenecer a las estructuras criminales ‘Los Costeños’ y ‘Los Pepes’.
Las aprehensiones se llevaron a cabo en 10 diligencias de registro y allanamiento realizadas en el Centro y el Suroriente de Barranquilla, donde fueron detenidas 18 personas mediante orden judicial y dos más en flagrancia.
En el primer operativo se logró la captura de siete personas por los delitos de concierto para delinquir agravado y extorsión, y una en flagrancia por porte ilegal de armas de fuego.
Entre los detenidos más destacados se encuentra alias ‘Kener’, señalado como jefe de zona y coordinador de sicarios, quien intimidaba a sus víctimas con disparos contra locales comerciales.
También fue capturada alias ‘La Gorda’, presunta encargada de realizar los cobros extorsivos; alias ‘Cachete’, recluido en un centro penitenciario en La Dorada (Caldas) desde donde continuaba exigiendo pagos extorsivos a través de llamadas telefónicas; y alias ‘Junior’, presunto cabecilla principal de la organización.
En un segundo operativo fueron capturadas once personas vinculadas a la estructura criminal ‘Los Pepes’.
Estas aprehensiones se realizaron mediante orden judicial por los delitos de concierto para delinquir agravado y extorsión, junto a una más en flagrancia por porte ilegal de armas de fuego.
Entre los capturados figuran alias ‘Tote’, ‘Negro Zamba’, ‘Chuy’ y ‘El Mello’, identificados como jefes de zona y coordinadores de extorsiones dentro de esta red delincuencial.
Ambas organizaciones criminales acumulaban en conjunto 33 anotaciones judiciales por diversos delitos, entre ellos extorsión, homicidio, porte ilegal de armas, hurto, concierto para delinquir y violencia intrafamiliar.
Estas bandas operaban principalmente en los sectores suroriente y centro de la ciudad, zonas con alta concentración de comercio formal e informal.
Las investigaciones revelaron que las exigencias económicas a sus víctimas oscilaban entre los 18 y 20 millones de pesos semanales.
Los más afectados eran comerciantes, empresarios, propietarios de locales y administradores de negocios ubicados en las zonas de influencia de estas estructuras criminales.
Para cometer sus delitos, los extorsionistas utilizaban llamadas telefónicas, mensajes por aplicaciones de mensajería y exigencias presenciales, generando un ambiente de miedo e inseguridad.
Durante los operativos fueron incautadas dos armas de fuego, once teléfonos celulares utilizados para coordinar las extorsiones, y una motocicleta que era empleada en los desplazamientos y actividades delictivas de los capturados.
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