El norteamericano Alan Ross Thif, que había sido capturado por supuestamente haber tocado indebidamente a una niña de 8 años en la piscina de un hotel del norte de Barranquilla, fue dejado en libertad por un juez de control de garantías.
El togado dio credibilidad al argumento de la defensa, que aseguraba que las respuestas de la entrevista a la menor, por parte de la psicóloga, fueron inducidas, y los videos de las cámaras de seguridad no muestran evidencia que el norteamericano haya abusado de la niña, hija de su pareja sentimental.
Es decir, que no existía inferencia razonable de autoría y las pruebas aportadas por la Fiscalía no era suficientes para imponer una medida de aseguramiento preventivo.