El padre Adolfo Solano, párroco de Usiacurí denunció que ese templo religioso fue víctima de delincuentes que hurtaron los equipos de amplificación de sonido avaluados en aproximadamente 2 millones de pesos.
El religioso precisó que se investiga si los delincuentes lograron quedarse en el templo antes del cierre o si ingresaron al mismo forzando la puerta de acceso.
Finalmente aclaró que ninguno de los elementos sagrados al interior del templo fueron profanados.