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Sancionan a tres clínicas de Barranquilla por caso de la ciclista Andrea Rueda

Deberán pagar una indemnización de perjuicios por pérdida de oportunidad a los familiares de la víctima.

En fallo de primera instancia, el Juzgado 13 Civil del Circuito Oral de Barranquilla dictó sentencia contra las tres clínicas de la ciudad que no atendieron a la ciclista Andrea Rueda Arango, quien murió el 17 de noviembre de 2022, luego de ser embestida por un taxi que iba en reversa al frente del conjunto residencial Barranquilla Linda, en la carrera 51B.

Los centros asistenciales son la Clínica Altos de San Vicente SAS; Clínica Reina Catalina SAS, y Clínica de Fracturas Centro de Ortopedia y Traumatología SA.

El juzgado declaró “no probadas la excepciones de mérito formuladas por los demandados” y de ser “civilmente responsables de los daños causados al demandante, con ocasión de los hechos que dieron origen a este proceso”.

Además, estas clínicas deberán pagar una indemnización de perjuicios por pérdida de oportunidad.

Como medida de reparación integral, el juez ordenó que las entidades demandadas reciban curso de capacitación en infracción de humanidad en su planta de profesionales o cargo de urgencias y su planta de administrativos, como sanción de no repetición, cursos de intensidad horaria no menor de 15 horas y adelantado por instituciones especializadas en estas materias y brindado por el Ministerio de Educación o Secretario de Educación o a quien convenga dar curso que deberán adelantarse dentro de los tres (3) meses siguientes.

Ante la decisión del juez, esta fue apelada por los apoderados de las clínicas, por lo que el expediente pasó al Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla Sala de Decisión Civil – Familia.

El Caso 

La reconstrucción de los hechos ocurridos el 17 de noviembre de 2022 está basada en lo que narraron testigos que acompañaron a Andrea, quien fue llevada a tres clínicas antes de ser recibida en la urgencia de la Bonnadona, y en el recorrido que muestra el pequeño GPS Garmin o ciclo computador anclado en su bicicleta, que fue violentamente chocada por el taxi de placas SDV 616 de Soledad.

Inicialmente, el taxista dijo que él estaba parqueado y la ciclista chocó con el vehículo. Sin embargo, horas después, la familia Rueda Arango consiguió varios videos de cámaras de seguridad de locales comerciales que mostraban todo lo contrario: el taxista iba en reversa y arrolló a Andrea. Eso sucedió a las 4:34 de la madrugada, de acuerdo con lo que registró el GPS.

En un video entregado a Emisora Atlántico y Zona Cero.com, en su momento, se observa al taxista que, con su “reversa imprudente” -así se llama técnicamente su proceder-, cometió homicidio culposo, cuando se devolvió al frente del conjunto Barranquilla Linda; otra cámara de seguridad registró al carro en reversa y se ve a la ciclista avanzando con las luces encendidas, pero ella desaparece de la imagen al ser atropellada por el vehículo y éste se detiene.

Un tercer video en poder la Fiscalía. Es de un local comercial que está al frente del conjunto residencial y de la iglesia cristiana Vida Abundante: “se observa con claridad el momento en el que el taxi la arrolla”, insiste la familia.

Ante las evidencias, el taxista reconoció su imprudencia.

La reconstrucción de la investigación familiar indica que el taxista iba a buscar un servicio que, a través de inDriver, le habían pedido de la iglesia cristiana, que no está sobre la 51B sino al fondo del parqueadero que allí se encuentra. El servicio lo solicitaron tres señoras que asistieron a una noche de oración. Cuando se percató de que se había pasado de la dirección, el chofer echó reversa de manera veloz y no vio que Andrea Rueda avanzaba por el mismo carril.

Un grupo de personas, entre ellos otros conductores que estaban en la acera opuesta -51B con 96 esquina de drogas La Rebaja-, escucharon al taxista que a gritos pedía ayuda luego de arrollar a la ciclista.

“Las imágenes de la cámara que está de frente muestra que ella cae, trata de ponerse de pie, pero no puede y volvió a sentarse en el pavimento”, narró Alma Arango, madre de la joven fallecida en su momento.

Uno de los conductores que llegó a socorrerla marcó insistentemente para que llegara una ambulancia, pero no atendieron su llamada.

“Mi hija, sentada en el pavimento, les decía que no podía respirar”, le contaron a la madre; entonces, por sugerencia de una enfermera que la estaba socorriendo, decidieron montarla en el mismo taxi que la atropelló.

En reversa, el taxista llegó a la 93 y bajó por la 51B hasta la Clínica de Fracturas, a solo dos cuadras; después fue a la Clínica San Vicente; siguió a la Clínica Reina Catalina y por último llegó a la urgencia de la Clínica Bonnadona donde sí recibieron a la herida.

19 minutos y 18 segundos duró el taxi yendo de una clínica a otra con Andrea Rueda gravemente herida, con un “trauma cerrado de tórax”, de acuerdo con el diagnóstico médico sobre la grave lesión que sufrió. Por eso no podía respirar y se puso morada sentada en el pavimento en el lugar del accidente.

“Me explicaron en la clínica Bonnadona que llegó sin signos vitales y que duraron 33 minutos para reanimarla”, recordó la señora Arango, agregando que en ninguna de las tres clínicas antes mencionada revisaron a su hija, quien estaba afiliada a una EPS, que contaba con servicio de medicina prepagada y tenía un seguro contra todo riesgo, más otro seguro de su club de ciclismo.

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