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Tras un mes de su fallecimiento, familiares de bebé recién nacido piden claridad sobre las causas de su muerte

Familiares de Alejandro Graterol Manjarrez, un bebé recién nacido que falleció el pasado mes de septiembre en la Clínica La Merced de Barranquilla, pidieron que se establezcan las causas de su deceso.

Yuranis Céspedes Pereira, abuela del menor, narró que el niño presentó fiebre el pasado 21 de septiembre, por lo que fue llevado a la misma clínica donde había nacido 5 días atrás.

Allí el personal de salud lo ingresó como sospechoso de COVID-19 por lo que le practicaron 2 pruebas en vida y una post mortem, todas con resultado negativo.

La abuela contó que, en espera del primer resultado, el menor fue aislado hasta el 26 de septiembre cuando le permitieron a su hija adolescente ingresar a amamantarlo. «Cuando ella lo ve, nota que el niño tenía sangre en la boca y alerta a la enfermera».

A partir de allí todo fue confuso para la familia. En la madrugada del 28 de septiembre recibieron 2 llamadas, una tipo 1 am para informarles que el niño se había complicado y debieron intubarlo y otra a las 4 am para que se acercaran a la clínica porque el bebé estaba en código azul.

«Cuando llegamos a la clínica, lo estaban reanimando, le estaba poniendo adrenalina porque tenía los latidos del corazón muy débiles», contó la señora Yuranis.

Finalmente el bebé falleció, su corazón dejó de latir y en la Clínica lo entregaron como paciente sospechoso de COVID-19, por lo que ni siquiera pudieron ver su cadáver antes de ser sepultado en solitario por sus 2 abuelitos.

«Esto ha sido muy duro. Nada me va a devolver a mi nieto, mi hija es menor de edad y está muy afectada, solo quiero que se haga justicia, que si los médicos actuaron mal, que paguen por eso para que no sigan actuando así», expresó.

 

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