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60 niños soledeños recibieron a Cristo en su corazón

San Antonio de Padua, el santo patrono del municipio, “abrió sus brazos” para recibir a 60 niños soledeños, quienes en un evento especial y masivo, participaron por primera vez del sacramento de la Eucaristía, recibiendo la comunión, es decir el cuerpo y la sangre de Jesucristo.

En la Primera Comunión masiva, organizado por la Primera Gestora Social del Municipio, Alba Olaya de Herrera, un joven de 15 años se destacaba en el grupo. Carlos Alberto Rosales Ayala, sentado en su silla de ruedas, prestaba con mucha atención lo que decía el párroco de la Iglesia San Antonio de Padua, el sacerdote Humberto Brun Fernández. Estaba emocionado  y feliz porque sentía que Dios estaba con él. “Todo fue muy lindo, he aprendido más de Dios y de Jesucristo y ahora voy a cuidar mi comunión con Él”, dijo el joven que padece distrofia muscular, enfermedad que causa debilidad y pérdida de la masa muscular.

La jornada se inició a las 8 de la mañana. Las niñas y los niños estaban preciosos. La Primera Gestora Social del Municipio le regaló el vestuario a cada uno. Las niñas lucían un vestido que les llegaba a los tobillos, una corona de rosas blancas artificiales, guantes, camándula, el bolsito para las tarjetas, el libro pequeño de la Primera Comunión y el cirio. Todo de color blanco. Los niños, por su parte, vestían pantalón, corbatín y zapatos negros y una camisa blanca manga larga. También tenían los accesorios para la ocasión.

Pero no solo Crimilda Isabel Ayala, la madre de Carlos Rosales, estaba feliz. También Carmen  Orellano Castillo, de 75 años, pues cuatro bisnietos estaban haciendo su Primera Comunión.

Se trataba de Javier Mantilla, de 9 años; Luis Manuel Mantilla, también de 9; Dani Mantilla, de 11 años y Yunes Cantillo, de  10 años. “Estoy feliz de que mis bisnietos hayan hecho su Primera Comunión, que no hubiera sido posible porque somos muy pobres y no teníamos con qué comprar los vestidos. La Primera Gestora, con su bondad,  hizo posible lo que para nosotros era un imposible”, dijo.

Los  60 niños se prepararon para tan solemne acto. Durante los martes y sábados del mes de mayo asistieron a las clases de catequesis que dirigió Yaneth Castillo Donado, coordinadora del equipo de Animación Pastoral y quien se apoyó en dicha tarea con  el docente Javier Ferrer.

En la ceremonia religiosa, estuvieron el alcalde de Soledad, Joao Herrera, y varios miembros del gabinete municipal quienes también se mostraron felices con el evento.

La celebración eucarística terminó y todos los niños con sus familiares fueron a un centro de eventos en el municipio, donde recibieron su desayuno, pudines y un morral con útiles escolares como regalo que les entregó Alba Olaya.

“Esto es un evento muy bonito. Le damos gracias a Dios por la Eucaristía. Yo quise que los niños vivieran un día muy especial porque ellos, a partir de este momento, tienen al niño Jesús en su corazón en forma de hostia y eso les va a dar salud física y espiritual y bienestar a su familia”, afirmó la Primera.

Por su parte Luz Franco Cárdena, madre de María José Pereira, de 10 años, dijo que: “le doy gracias a Dios, a los catequistas y a la Primera Gestora por darle esa alegría a los niños con esta Primera Comunión que en verdad ellos necesitaban. Me siento alegre y bendecida”.

Y Kevin De la Cruz recogió el sentir de los 60 niños. “Quiero darles las gracias al Alcalde y a la Primera Gestora por permitirnos  acercarnos a Dios. Nos encantó el acto en la Iglesia y el desayuno y hay una cosa que no olvidaremos, que  Dios nos dijo que nos amemos los unos a los otros como Él nos ha amado”.

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