Varias familias venezolanas que llegaron a Barranquilla, huyendo de la crisis en su país, habitan ahora en precarias condiciones, en inmediaciones del puente de la calle Murillo sobre la Circunvalar, en límites con el municipio de Soledad.
Alíí se han instalado en improvisados cambuches, donde han debido soportar las inclemencias del clima.
Los ciudadanos pidieron que las autoridades les brinden oportunidades para mejorar sus condiciones de vida en este país.