En el Sistema de Transporte Masivo, los niños ocupan un espacio muy importante. En este, los pequeños aprenden a ser ciudadanos del mundo, que se reafirma con el programa ‘Vive una experiencia Transmetro’, mediante el cual se utiliza el Sistema como escenario pedagógico de ciudad.
Esta iniciativa, que funciona desde hace alrededor de cinco (5) años y anualmente impacta a más de 40.000 niños y adolescentes, incluye recorridos y charlas sobre los componentes y correcto uso del Sistema.
Los buses del Transporte Masivo, tanto articulados como padrones y busetones, cuentan con sillas azules preferenciales para quienes necesitan atención especial, entre ellos, personas con niños en brazos y mujeres embarazadas.
Cuidados y recomendaciones
Por seguridad, los niños deben ingresar al Sistema acompañados de un adulto responsable. Mantenerlos siempre agarrados de la mano y evitar que se ubiquen en las líneas amarillas de buses y estaciones son los principales cuidados que se deben tener en cuenta.
En caso de pérdida del menor, es importante informarlo de inmediato al personal de Transmetro, a la Policía o llamar a la línea de atención al cliente 371 2222. Cuando esto sucede, se activan las alertas y protocolos de seguridad pertinentes, que incluyen la revisión de cámaras para determinar su paradero.
Es preciso recordar que los niños que sobrepasan la barrera de acceso al Sistema, es decir, que tienen una estatura superior a 80 centímetros, deben validar su pasaje.
Emanuel, el niño de Transmetro
Emanuel tiene siete (7) años, los mismos que el Sistema Masivo. Cursa segundo grado en la IED Olguita Emiliani y su clase favorita es educación física. A su corta edad, asegura sentirse orgulloso de Transmetro, en el que se moviliza con frecuencia cuando sale con su mamá.
La historia de Emanuel David Aldana Rocha salió a la luz pública porque “casi nace en un bus del Sistema”. El 15 de diciembre de 2010, su madre, Sandra Rocha, se dirigía al trabajo a bordo de un articulado que cubría la ruta R1 Joe Arroyo (antes R1 Romelio Martínez). Estaba en su octavo mes de gestación. Según relata su esposo, José Manuel Aldana, la mujer empezó a sentir un dolor intenso cuando iba por la estación La Catorce, por lo que decidió descender del vehículo a la altura de la estación La Veintiuna, con la intención de caminar a la Clínica Murillo, ubicada a escasos metros.
Sin embargo, el malestar era muy fuerte y no lograba continuar. Nachi Pacheco, que para entonces se desempeñaba como guía de Transmetro, se percató de la situación y acudió al auxilio de Sandra. Le consiguió una silla para que descansara, mientras Carlos Cayón, otro de los guías, atravesó al centro asistencial en busca de una silla de ruedas y personal médico.
“Me encontraba trabajando y recibí una llamada de la señora Nachi. Ella se identificó y me explicó lo que sucedía; me dijo: la verdad es que nos dijeron que ya el bebé va a nacer. Y yo lo que le dije fue: dame 10 minutos y estoy allá (…) Cuando llegué, encontré a Nachi en la entrada de urgencias con las pertenencias de Sandra y le agradecí mucho por su solidaridad. En cuanto mi esposa llegó a la clínica, automáticamente la ingresaron. Esa misma mañana le practicaron la cesárea y, bueno, nació Emanuel”, recuerda José Manuel.
Hoy día, Emanuel es un niño sano, carismático y entusiasta. En compañía de su padre, el pequeño estuvo recientemente de visita en las instalaciones de Transmetro y quedó maravillado con el Centro de Control del Sistema, desde donde se monitorea diariamente la operación.