Los estudiantes de tercer semestre de Diseño Industrial de la Universidad del Norte, Roque Márceles y Alejandra Parra diseñaron el prototipo de silla acuática, con una paciente especial en mente, Yaniluz, de siete años. “Inicialmente comenzamos a trabajar la investigación a través de videos, para ver cómo se hacían los ejercicios, pero cuando vinimos a ver cómo era el ejercicio de entrar a la piscina con la niña, todo cambió”, expresaron.
Gómez y Guzmán diseñaron un bipedestador que permite la marcha, pensado para mejorar la coordinación en cada una de las regiones del cuerpo que se activan al caminar. El problema era que la pequeña usuaria le tiene miedo a los objetos extraños. Los estudiantes superaron este obstáculo reduciendo el tamaño del dispositivo a la menor cantidad de partes posibles y con una escala de colores y patrones alegres que invitan al juego y no a la terapia.
En total fueron ocho proyectos que se entregaron. El profesor Reyes manifestó que la idea es que cada uno de ellos sea utilizado y que, a partir del próximo semestre, los creadores de los prototipos realicen visitas, con el apoyo de los estudiantes de salud, para hacer la reevaluación de los proyectos de acuerdo a lo que se haya encontrado a través del uso constante.
“Con estos proyectos queremos que empiecen a identificar las cosas que están ocurriendo en la realidad y que generen propuestas para la vida diaria, que satisfagan necesidades más allá del simple placer”, concluyó el docente.