Con diferentes eventos, se conmemoran en Barranquilla los cien años de la creación de la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos – Scadta, la primera empresa de aviación exitosa en Colombia, ligada inevitablemente a la historia de la aviación comercial en Colombia.
El éxito de Scadta se atribuye más que todo al factor humano, al personal idóneo que la conformó, nativos visionarios que le apostaron a la inversión y un grupo de intrépidos inmigrantes alemanes, que tomaron como propia su patria adoptiva y la llevaron con sus hazañas a un desarrollo y reconocimiento internacional relevante.
Scadta fue fundada en Barranquilla el 5 de diciembre de 1919 por cinco colombianos y tres alemanes, según Escritura N°2374. Ante el Notario público Segundo, Julio César Roca, comparecieron los señores: Albert Tietjen, comerciante; Ernesto Cortissoz, banquero (primer presidente); Rafael María Palacio, comerciante; Stuart Hosie, comerciante; Werner Kaemmerer, ingeniero; Jacobo A. Correa, comerciante y Aristides Noguera, comerciante, vecinos de Barranquilla, excepto el señor Kaemmerer que estaba en tránsito, para constituir una sociedad cuyo objeto era la explotación comercial de transportes aéreos o cualesquiera otros aparatos apropiados a la navegación aérea de pasajeros. El capital fue fijado en la suma de $800 oro legal, dividido en 8 acciones de $ 100 oro legal cada una. El 10 de diciembre (cinco días después), se aumentó el capital a $ 100.000 oro legal, según Escritura N° 2411 de la Notaría Segunda.
Los socios, de común acuerdo, escogieron para operar el hidroavión alemán Junkers- F 13, primer avión totalmente metálico y prototipo de los aviones modernos, todo un acierto. Los socios donaron un lote en la desembocadura del Caño de las Compañías y a orillas del río Magdalena, al que pusieron de nombre “El Sitio de Veranillo”. Inicialmente se compró a la Casa Junkers un hidroavión y el segundo fue entregado en consignación. Con los hidroaviones llegaron dos ingenieros navales de aviación, Fritz Hammer, que además era piloto, y Wilhelm Schnurbusch, y un piloto de caza, Helmuth von Krohn, escogidos acertadamente. En “Veranillo” armaron el primer avión, al aire libre y el resultado pareció un fracaso porque no se elevó. Estos señores, con un ingenio admirable y con los repuestos que tenían a mano, lo hicieron volar. Estos pioneros todo lo solucionaron, aún con ingenio criollo, adaptando y modificando piezas hasta hacerlos funcionar. Se convirtió “Veranillo” y el río Magdalena en la pista de experimentos de la Junkers en el trópico.
El primer vuelo a Puerto Berrio se llevó a cabo el 10 de septiembre de 1920, e iban de tripulantes Fritz Hammer, piloto, Whilhelm Schnurbusch, mecánico, y Stuart Hosie, como pasajero e intérprete, y tuvieron inconvenientes con el radiador. El segundo vuelo se realizó el 20 de octubre de 1920 a Girardot, y fue catalogado el acontecimiento de la semana. El vuelo finalizaba en Girardot, donde los pasajeros tomaban el autoferro a Bogotá. La intención era modificar el avión e instalarle ruedas para hacer el vuelo directo a Bogotá, logro que se realizó el 11 de diciembre de 1920; así, el sueño de los fundadores se hizo realidad, la costa caribe en el norte del país, se unió a la capital por vía aérea.
A la Scadta se había asociado el austríaco Peter Paul von Bauer, que se convirtió en socio mayoritario y quien organizó el correo aéreo, que constituyó para el país una de las bases para su desarrollo comercial e industrial, y la Sección Científica a cargo del ingeniero Hermann Kuehl, que se dedicó a la aerofotografía y la agrimensura, y, con los equipos adecuados, se dedicó a la exploración de regiones inhóspitas y a la delimitación de fronteras con los países vecinos, entre otros. El primer vuelo internacional de Scadta se realizó a Maracaibo-Venezuela el 6 de mayo de 1923 con el fin de establecer las fronteras con esa nación.
En 1924 los directivos de la compañía decidieron extender los servicios hacia el norte y organizaron el primer vuelo interoceánico a través de Centroamérica hasta La Florida. Esto no fue del agrado de Estados Unidos, que pusieron toda clase de inconvenientes a su realización. Finalmente, Scadta consiguió realizarlo y para esto obtuvieron en leasing, del Condor Syndikat de Alemania, dos superhidroaviones Dornier J. Wal; el viaje como tal fue un éxito, pero fracasó en su intención de establecer un servicio aéreo regular que uniera a todo el continente. Consecuencia inmediata de este intento fue la reacción del gobierno norteamericano, que para preservar la seguridad del Canal de Panamá, se opuso rotundamente, e inició la campaña para obtener el control de la aviación comercial de Colombia, lo que era relativamente fácil si lograban que su socio mayoritario, el doctor Peter Paul von Bauer, vendiera el 84.4% de las acciones de Scadta que le correspondían. No descansaron hasta conseguirlo, y el 8 de junio de 1940 lograron el dominio total de Scadta, al despedir a todos los empleados alemanes con el apoyo de Pan American Airways y el gobierno norteamericano. Finalmente, como asesores militares del gobierno colombiano sugirieron al gobierno la fusión entre las dos únicas empresas de aviación del país, SACO y Scadta, ofreciendo al gobierno una participación que nunca se dio.
A partir de todos estos acontecimientos nació la aerolínea insignia de Colombia: “Aerovías Nacionales de Colombia- Avianca”.