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En partido Junior – Flamengo: Transmetro volvió a fallarle a Barranquilla

Al término del partido, los aficionados que asistieron al Estadio Metropolitano volvieron a sufrir las consecuencias de la suspensión del servicio por Transmetro, quién tras haberse comprometido públicamente en una operación especial, decidió suspender el servicio por presunción de incidentes mucho antes de que el partido concluyera.

A pesar de la derrota, si hay algo positivo que destacar y de lo cual somos testigos, es el excelente comportamiento del público tras la conclusión del partido en las inmediaciones del estadio y sobre el corredor de Murillo.

Muy a pesar de que los aficionados se encontraron con la estación Joaquín Barrios Polo cerrada, decidieron peatonalizar la Murillo y marchar, sin protección ni acompañamiento policial, desde el Estadio hasta la carrera ocho, donde el tráfico vehicular fluía con normalidad.

Lamentablemente una empresa como Transmetro que opera bajo el lema de unir a Barranquilla ha venido reiteradamente optando por suspender, con causa y sin causa, la prestación de un servicio público esencial, con el agravante de que a partir de su ejercicio monopólico no hay empresas de buses que puedan prestar servicio a los usuarios por la Avenida Murillo para suplir la oferta de servicio de Transporte a quienes salen del Estadio.

Las directivas de Junior y la primera autoridad del Distrito, están en moras de intervenir en este asunto, que es (al igual que los problemas de movilidad e inseguridad que se presentan sobre la Avenida Circunvalar) uno de los principales motivos por los que muchas personas de la localidad norte centro histórico han dejado de acompañar (aún en finales) y con llenos totales al Junior de Barranquilla.

Como ya bien se ha expresado en anteriores oportunidades, Transmetro no puede ceder ante el vandalismo y recurrir siempre a la decisión facilista de dejar incomunicada a la ciudad anteponiendo la salvaguarda de los intereses y propiedad de los bienes de particulares en relación y con menoscabo del interés general de la ciudadanía.

Por lo menos y frente a la incapacidad de garantizar un servicio público esencial como el de transporte por quién misionalmente tiene dicha responsabilidad, y de otorgarle garantías de seguridad e integridad a quienes asisten al estadio en partidos nocturnos, la Alcaldía debería garantizar y habilitar que las empresas de buses de la ciudad puedan prestar el servicio sobre el corredor de Murillo y hacia Soledad, como solía hacerse antes de que se otorgará el monopolio de exploración exclusiva de ese importante eje vial a Transmetro, sin que existiera ningún tipo de incidentes como los que hoy se originan con una empresa que no ha sabido granjearse el apoyo de los barranquilleros y construir sentido de pertenencia entre sus usuarios.

Cada que 10 o 15 desadaptados se lo proponen, no puede afectarse el derecho a la libre circulación de los ciudadanos y someter a quienes confían en Transmetro a retornar a sus casas a pie y estando a merced de los delincuentes, pues más allá del operativo en las inmediaciones del estadio, la ausencia policial es notoria desde la carrera 2 y a lo largo y ancho de Murillo

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