El vivir feliz no significa vivir una vida libre de situaciones difíciles, no se trata de andar por ahí en una burbuja de colores y nubes rosa.
Si revisas tu vida, seguramente en los últimos 2, 5, 10 años has tenido que sacar toda tu verraquera para hacerle frente a las adversidades.
Piensa por un instante en aquello que en su momento creíste no superar, aquella muy buena decisión que tomaste aun con el más profundo miedo, aquel nuevo reto, ese pasaje de tu vida en el que te vestiste de súper héroe y lograste sacar tus poderes ocultos, tu mayor potencial, tu mejor versión.
Eso te ha fortalecido, te ha hecho la persona que hoy eres un ser resiliente, capaz de transformar en oportunidades cualquier obstáculo que se te presente.
Muy seguramente de esos episodios hay heridas, hermosas cicatrices de las batallas que enfrentaste, cada una representa un recuerdo de que un día viviste eso y fuiste capaz de salir adelante, que no te rendiste, que no te diste por vencido, que sigues aquí en pie, avanzando, escalando, inspirando a otros a pasar por el sendero del miedo en el camino hacia la libertad.
Recuerda siempre quien eres, naciste para brillar, eres la luz que brilla en tu interior.
Con amor y gratitud te digo que el mejor legado que puedes dejar a esta humanidad son tus sueños cumplidos, cultiva y transforma toda esa esencia que después compartirás.
No podemos elegir lo que nos suceda, pero si qué hacer con eso que nos sucede.
