Lo que era una marcha para protestar por el «genocidio» de Israel y por una «Palestina libre» en Bogotá, se convirtió en un hecho de vandalismo contra las instalaciones de la embajada de Estados Unidos.
Encapuchados y manifestantes intentaron entrar a la embajada, mientras que otros quemaban banderas norteamericanas y realizaban grafitis en las paredes.
Es por eso que la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO) tuvo que hacer presencia para controlar la situación, no obstante, se terminaron presentando enfrentamientos entre las partes.