En un documento elaborado por la Inspección General de las Fuerzas Militares y la Inspección General del Ejército Nacional, se ordenó el retiro fulminante de los comandantes y altos mandos de la Brigada 11 del Ejército, cuyo personal resultó involucrado en el hostigamiento de la semana pasada a campesinos e indígenas de la vereda Bocas del Manso, en Tierralta, Córdoba.
El informe exige que por omisión deberán ser desvinculados completamente de la institución el comandante de esa unidad castrense, coronel José Edilberto Lesmes Beltrán, y el sargento Mayor de Comando, Juvenal Mahecha, también de esa misma unidad.
Igualmente el comandante, el segundo comandante, los oficiales de operaciones y de inteligencia y el sargento mayor del batallón de infantería N.33 Batalla de Junín.
La inspección argumenta que la responsabilidad de estos oficiales y suboficiales se deriva por su falta de mando y control, así como por omisión y falta de iniciativa táctica y además por el nulo direccionamiento estratégico.
La medida también incluye el retiro inmediato de los 10 militares que participaron de manera directa en el hostigamiento y amenazas contra la población, tal como mostró un video que aún circula en redes sociales por todo el país.
Se trata de dos suboficiales y ocho soldados profesionales que hacían parte de la patrulla militar.
Esta medida es adicional a lo ordenado por el comandante del Ejército Nacional que los separó de sus funciones, aunque les permitió continuar activos sin ningún cargo ni responsabilidad operacional o administrativa.