Dos fueron los factores que llevaron a la Superservicios a decretar la intervención y toma de posesión de Electricaribe: la empresa no estaba en capacidad de prestar un servicio de calidad y estaba a muy poco para entrar en una cesación de pago de sus obligaciones. Así lo anunció José Miguel Mendoza, el superintendente nacional, después de que el gerente general fue notificado de la decisión administrativa.
Mendoza declaró que la situación operativa y financiera de Electricaribe estaba siendo analizada con especial atención a raíz de los incumplimientos de pago con sus proveedores de energía y por la baja calidad del servicio. Si no se hubiese intervenido la empresa, habría acumulado un déficit de caja de 600 mil millones de pesos. Gracias a la intervención, el pago de acreencias quedó suspendido.
El funcionario confirmó que la toma de posesión inicialmente es por dos meses, pero se podría prorrogar indefinidamente según disposición de la Superintendencia. También anunció que no habrá masacre laboral y exhortó al sindicato y demás trabajadores a apoyar el nuevo proceso de intervención.
El gerente general José García Sanleandro y la junta directiva fueron removidos de sus cargos.
