El obispo auxiliar de Barranquilla, monseñor Víctor Tamayo, manifestó que el papa Francisco con su sencillez, es un renovador de corazones y de alegría.
“Siempre tiene una sonrisa, todos lo quieren tocar, es un hombre que capta muy la necesidad del pueblo y entrega repuestas bellas y fácil de entender”, consideró Tamayo.
Informó que el Sumo Pontífice le envió el mismo mensaje a los obispos del país que es “no dejarse robar la alegría, ni la esperanza”.