El contraataque de China en su guerra comercial con Estados Unidos acaba de sumar un nuevo episodio. Después de meses sufriendo las consecuencias de la última oleada de sanciones, el gigante asiático adoptó una postura más firme y decidida: vetó al fabricante de memorias Micron en ciertos sectores que manejan “información sensible” y anunció restricciones en la exportación de metales.
Lejos de tomarse un descanso, Pekín empezó a trabajar en su siguiente movimiento. El día de conocerlo finalmente ha llegado. Según recoge Reuters, el Ministerio de Comercio del país liderado por Xi Jinping anunció controles de exportación de drones. Se trata de una medida de amplio alcance, que no solo incluye a Estados Unidos, sino al mercado internacional, lo que podría traducirse en un gran impacto.
A partir del próximo 1 de septiembre, todos los proveedores que deseen exportar ciertos modelos de drones, sistemas láser, equipos de comunicaciones, radares, sistemas antidrones deberán solicitar un permiso. Se trata de una mecánica muy similar a la adoptada por Estados Unidos, que obliga a las compañías a obtener una licencia de exportación antes de vender ciertos productos a China.
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