Más allá del choque entre Juventus y Barcelona, con los primeros con deseo de venganza por aquella final perdida en 2015, el partido estará marcado por otros duelos: el reencuentro Chiellini-Suárez, Alves-Barcelona, Messi-Buffon…
Los caminos de Luis Suárez y Chiellini vuelven a cruzarse. En la Copa del Mundo celebrada en Brasil en 2014, Suárez dejó una marca más allá de la visible durante el Uruguay-Italia de fase de grupos. En la retina de todos quedó aquel mordisco del delantero charrúa, que, para más inri, recaía por tercera vez en su carrera en la misma piedra. Le sufrió Bakkal con el PSV cuando el ariete militaba en el Ajax e Ivanovic en un duelo entre el Liverpool y el Chelsea. La pena se saldó con un psicólogo y una sanción ejemplar de la FIFA: nueve partidos de castigo con la celeste y cuatro meses sin jugar en su club por el veto de entrada a recintos deportivos. «Es una exageración», afirmó el propio zaguero.
Aquel escarmiento le hizo entrenarse con el filial del Barça y debutar ante el Real Madrid con la zamarra azulgrana, con su figura delatando que llegaba fuera de forma. Hasta que él no cogió el punto, el Barcelona de aquel curso tampoco. Luis Enrique estaba en la cuerda floja y, finalmente, llegó el triplete al imponerse en el Olímpico de Berlín. «No le guardo rencor, le marcaré igual que a Benzema en la semifinal», llegó a decir el italiano en la previa de la final. Nunca se dio. El central no disputó la batalla por culpa de unas molestias musculares. Don años y casi 10 meses después (más de 1.000 días), ambos se enfrentarán a muerte, aunque parece simplemente por el fútbol, más aún cuando parece que Suárez se ha reformado.
Cortesía: El Mundo de España.